En 1924, España acude a los Juegos Olímpicos con una camiseta roja con una gran V amarilla. Malinovsky reaccionó con sus goles ante Olympiacos en la Europa League y se levantó la camiseta para mostrar una frase clara: ‘No a la guerra’. En el 98 dibujó la primera camiseta original que tuvo, un regalo de su abuelo Cocó. Algo que deja bien claro Velasco en su obra. No obstante, también es cierto que -a lo largo de sus dos siglos de vida- dicha unidad llegó a traicionar en alguna que otra ocasión a aquel que habían prometido defender hasta morir.