Xavi, el entrenador que debía acabar con las vacas sagradas del Barça, recuperar la ilusión e iniciar una época dorada, diseñó un planteamiento temerario con múltiples puertas abiertas al contragolpe y lo pagó muy caro. En el último año también ha firmado un contrato de patrocinio con el National Bank of Abu Dhabi, propiedad de Abu Dhabi Investment Council, brazo inversor del Gobierno de Abu Dabi, que también es propietario de IPIC, otra de las empresas que patrocinan al club.