En ella residen 40 jóvenes de las categorías inferiores del Girona, a quienes el club ha ofrecido la posibilidad de estudiar y vivir en la misma ciudad donde juegan cada fin de semana con el sueño de convertirse en los nuevos Pere Pons o Àlex Granell. “Un grueso importante de los chicos viene de Barcelona, pero también tenemos unos cuantos de varios puntos de España e incluso de más lejos, entre ellos, un suizo y un ghanés”, explica el presidente, Delfí Geli, orgulloso de que este proyecto haya visto la luz en la segunda temporada del club en la élite y de que la residencia se haya podido inaugurar antes de las vacaciones de Navidad.